Sistema dopaminérgico y adicciones
El término adicción hace referencia a un conjunto de trastornos psíquicos caracterizados por una necesidad compulsiva de consumo de sustancias, esto progresivamente invade todas las esferas de la vida del individuo: familia, relaciones sociales, trabajo.
En las últimas décadas se ha realizado grandes avances en el conocimiento de las bases neurobiológicas de la adicción, lo que ha permitido cambiar completamente la conceptualización de este trastorno, que ha evolucionado desde considerarse un vicio a contemplarse como un trastorno.
El Sistema dopaminérgico es uno de los elementos cruciales en el trastorno adictivo, cuya implicación e importancia han confirmado repetidamente los estudios realizados en este campo.
Las sustancias adictivas inducen sensibilización dopaminérgica, sobre todo cuando se consumen de forma repetida e intermitente, la adicción comienza con una conducta instrumental cuyo objetivo, obtención y consumo de la droga, es estimulado por las cualidades hedónicas de la sustancia.
Durante el consumo crónico se produce una situación bifásica en la liberación de dopamina, cuando existe una ingesta hay una elevación de los niveles de dopamina y por otra al cesar el consumo se manifiesta una disminución de la liberación de la dopamina.
El consumo crónico de sustancias adictivas favorece el desarrollo de cambios neuroadaptativos que afectan a distintos niveles del sistema dopaminérgico.
El córtex prefrontal está implicado en los aspectos motivacionales de la conducta dirigida a objetivos y su alteración funcional puede explicar, en parte, la conducta compulsiva de búsqueda de droga que caracteriza la adicción.
La disminución de la actividad de las células prefrontales se interpreta como un mecanismo de filtrado de la información irrelevante que favorece la atención en las
tareas relevantes y motivadas, actualmente han descubierto cambios funcionales neuroadaptativos en las células piramidales de la corteza prefrontal.
La conducta de consumo de drogas de abuso es, en sus fases iniciales, una acción instrumental, motivada y dirigida a un claro objetivo: la obtención de placer, bienestar y euforia, proporcionados por la droga, sin embargo con el tiempo, y el entrenamiento, las acciones inicialmente dirigidas a objetivos se transforman en habituales, activadas por mecanismos estímulo-respuesta, y adquieren la forma de un hábito de conducta.