Dependencia Emocional
La dependencia emocional es problema que actualmente presenta muchas personas. Al punto que se está convirtiendo en tema de creciente relevancia en el ámbito de la psicoterapia en las últimas dos décadas.
El peculiar foco del dependiente emocional es recibir afecto, atención y valoración por parte de su pareja. Podemos decir que existen tres grandes grupos de tipos de dependencia hacia las personas.
- Dependiente instrumental: rol de necesitado; demanda cuidado, orientación y protección.
- Dependiente afectivo: rol de necesitado; demanda afecto, atención y valoración.
- Codependiente: rol de dador, ayudador, salvador; genera dependencia en el otro, volviéndose imprescindible para él, para asegurar su permanencia.
La dependencia emocional consiste en un patrón de creencias, emociones y conductas caracterizado por la experiencia subjetiva de una intensa y siempre insatisfecha necesidad de afecto, junto a una exagerada y persistente demanda de atención y valoración, dirigida a otro significativo, que usualmente es la pareja del dependiente emocional. (Castelló-Blasco. 2005; Sánchez-García, 2010; Lemos-Hoyos, 2007)
Características
La dependencia emocional se caracteriza por un marcado déficit en la autoestima, un pobre autoconcepto y desvalorización; la creencia de no valer lo suficiente, de que el otro significativo es mejor y más confiable, por lo cual tiende a la idealización. Varios estudios han hallado que este trastorno, según la gravedad del caso, con frecuencia se encuentra asociado a diversos síntomas y patrologías como depresión reactiva, celos patológicos y conductas controladoras; histrionismo exagerado y dificultades en el control de los impulsos; consumo abusivo de sustancias, conductas de riesgo, autolesiones e intentos de suicidio.
Jorge Castelló Blasco (2005) propone los siguientes criterios diagnósticos provisionales para lo que él denomina "Trastorno de la personalidad por necesidades emocionales".
Consiste en una tendencia persistente a las relaciones de pareja caracterizadas por el desequilibrio entre ambos miembros, la necesidad afectiva claramente excesiva hacia la otra persona y el sometimiento inapropiado hacia ella, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos; como lo indican 5 o más de los siguientes:
- Búsqueda continua de relaciones de pareja.
- Necesidad excesiva de la pareja que deriva en contactos muy frecuentes y a veces inapropiados.
- Elección frecuente de parejas egoístas, presuntuosas y hostiles.
- Subordinación a la pareja como medio de congraciarse con ella.
- Prioridad de la relación de pareja sobre cualquier otra cosa.
- Miedo atroz a la ruptura de la pareja.
- Autoestima muy baja.
- Miedo o intolerancia la soledad.
- Necesidad excesiva de agradar a las personas, con preocupaciones continuas sobre la propia apariencia física o sobre la impresión que genera en otros.
Es característico de los dependientes emocionales el fuerte deseo de estar con el otro significativo; deseo que experimentan como una necesidad incontrolable de la presencia, cercanía, atención, etc., del otro cuando este se ausenta. Tal deseo ha sido comparado con el craving (deseo voraz) que experimentan los adictos a las sustancias durante la fase de abstinencia. Es por eso que se considera como un tipo de adicción, concretamente adicción a las personas.
Su patrón cognitivo-emocional-comportamental está constituido por una baja autoestima, idealización del otro, gran necesidad de agradar y complacer, peculiar sensibilidad al abandono y tendencia a generar vínculos simbióticos.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de la perspectiva que se adopte. Si se considera como un tipo de adicción el objetivo será la recuperación y el tratamiento será similar al de las adicciones a las sustancias, en la que necesariamente se debe incluir una etapa de aislamiento, abstinencia y desintoxicación respecto del objeto de dependencia.