El consumo de marihuana ha aumentado entre los mayores de 65 años.
¿El alcohol y las drogas afectan de modo diferente a los adultos mayores?
Es posible que al avanzar en edad se produzcan cambios sociales y físicos que pueden aumentar la vulnerabilidad al uso indebido de drogas. Se sabe poco sobre los efectos de las drogas y el alcohol en un cerebro que está envejeciendo; no obstante, los adultos mayores por lo general metabolizan las sustancias con mayor lentitud y su cerebro puede ser más sensible a las drogas. Un estudio sugiere que, en comparación con grupos de control que no consumen cocaína, en las personas adictas a la cocaína en la juventud puede acelerarse la declinación relacionada con la edad de la materia gris del lóbulo temporal y el lóbulo temporal puede ser más pequeño. Esto podría hacerlas más vulnerables a las consecuencias negativas del consumo de cocaína a medida que envejecen.
Medicamentos recetados
Con el envejecimiento tienden a surgir problemas de salud crónicos. Los adultos mayores con frecuencia toman más medicamentos que otros grupos etarios, lo que genera un mayor índice de exposición a medicamentos potencialmente adictivos. Un estudio de 3,000 adultos de entre 57 y 85 años indicó que la mezcla de medicamentos recetados, medicamentos de venta libre y suplemento dietéticos es común. Más del 80% de los participantes tomaban al menos un medicamento recetado a diario, y casi la mitad tomaba más de cinco medicamentos o suplementos,5 lo que coloca a casi 1 de cada 25 personas en este grupo etario en riesgo de una importante interacción entre fármacos.
¿Cómo se tratan los trastornos por consumo de drogas en los adultos mayores?
Muchos medicamentos y terapias conductuales han tenido éxito en el tratamiento de los trastornos por consumo de drogas en los adultos mayores.
No se sabe con certeza cuáles son los mejores modelos de tratamiento, pero las investigaciones demuestran que los pacientes mayores obtienen mejores resultados con tratamientos más prolongados. Los modelos ideales incluyen el diagnóstico y la gestión de otros problemas crónicos, la reconstrucción de las redes de apoyo, la mejora del acceso a los servicios médicos, una mejor gestión de los casos y la capacitación del personal sobre estrategias basadas en la evidencia que son apropiadas para este grupo etario. Además, es necesario realizar investigaciones para crear métodos de detección enfocados y modelos integrados de atención para quienes tienen problemas médicos y psiquiátricos concurrentes. Es importante destacar que las personas pueden responder bien al tratamiento una vez que lo inician.