COMPROMETIDOS CON EL TRABAJO, ¿PASIÓN O ADICCIÓN?
El trabajo, además de un medio de
vida, es una importante fuente de desarrollo y realización profesional para
numerosas personas. El entusiasmo por conseguir las metas propuestas, la
implicación con el equipo y lo placentero que dicha actividad resulta, hacen
que la semana se pase volando para muchos y la llegada del lunes sea un
acontecimiento positivo y deseado. En fin, a muchas personas les apasiona su
trabajo y eso es positivo.
La pasión por el trabajo se logra a través de un proceso, en el que los valores y actividades de la organización se convierten en una parte importante de la identidad del trabajador. El problema es que ello puede ocurrir de dos maneras, una armoniosa y otra obsesiva. Una interesante revisión sobre el tema ha sido recientemente publicada en Ciencias Psicológicas.
LA PASIÓN OBSESIVA
En el polo opuesto se encuentra la pasión obsesiva, donde la persona se siente en la obligación de realizar la actividad, incluso en momentos que no debería. Recordar en este punto que seguimos hablando de personas que se encuentran motivadas con su trabajo y quieren dar lo mejor de sí mismos. Ello ocurre porque la persona no tiene control sobre sus impulsos (cuestión que desarrollaré más adelante) y estos gobiernan su actividad.
Tomemos por ejemplo a un ejecutivo, que trabaja muchas veces más allá del horario establecido y que dedica poco tiempo a la alimentación, el ocio o la vida familiar. De hecho, esta falta de tiempo se convierte en su mente, en un indicador de "compromiso" con el trabajo. En esta persona, su actividad se convierte en una parte desproporcionada y dominante de su identidad, entrando en conflicto con otras esferas de la vida.
El desarrollo de la actividad comienza a restar tiempo a otras actividades y la persona se refugia en el trabajo como única forma de proteger e incrementar su estima personal. Dicha estima se convierte en una vía de escape, que le protege de la falta de satisfacción en otras áreas de su vida. Es posible que establezca el mismo patrón de relación con su familia que con los empleados a su cargo.
¿QUÉ ELEMENTOS DEFINEN LA ADICCIÓN AL TRABAJO?
Se dice que el término workaholic surge en 1968, cuando un profesor de religión lo usa para describir su propia relación con el trabajo uniendo dos conceptos: trabajo (work) y alcoholismo. La adicción al trabajo como concepto, alude a la necesidad incontrolable de trabajar incesantemente a pesar de las consecuencias negativas sobre la salud, la felicidad y las relaciones de la persona que lo padece.
Una reciente investigación aborda las dimensiones de las que se compone la adicción al trabajo a través del análisis de dos estudios. Los resultados fueron publicados en 2017 en la Revista de la Psicología del Trabajo y las Organizaciones. Los autores analizan un grupo de factores internos y externos que pueden mediar el impulso de trabajar y el disfrute de la actividad en la adicción al trabajo.
IMPULSIVIDAD Y ADICCIÓN AL TRABAJO
El impulso de trabajar no es el problema, sino el hecho de no poder resistirlo. Es en este momento donde la impulsividad como rasgo vuelve a aparecer en el contexto de las adicciones, en este caso para explicar la adicción al trabajo. Los resultados del estudio revelaron que las personas con elevados indicadores de adicción al trabajo, tendían a mostrar elevada implicación e impulsividad, pero poca satisfacción. Por el contrario, en el equivalente de las personas apasionadas con el trabajo, las puntuaciones fueron elevadas para los tres indicadores mencionados.
CREENCIAS EN LAS QUE SE BASA LA ADICCIÓN AL TRABAJO
En el adicto al trabajo existe un grupo de creencias que sustentan su modo disfucional de relación. Muchas de estas creencias son distorsionadas o irracionales.
Importancia del trabajo: Por ejemplo, "Pienso que sería un inútil si no trabajara" o "antes el trabajo que la familia".
Disposición a aceptar nuevas tareas: Por ejemplo, "Debo hacer cosas que detesto o que no se ajustan a mi contenido de trabajo, para cumplir con las exigencias de mis jefes".
Manejo del tiempo libre: Por ejemplo, "No tengo tiempo para descansar" o "es mejor estar solo en la oficina cuando todos se marchan".
Distorsiones cognitivas: Por ejemplo, "En mi trabajo lo más importante es la aprobación y reconocimiento de mis jefes".
BAJA PRODUCTIVIDAD Y ENTORNOS LABORALES TÓXICOS
Aunque pudiera pensarse que la adicción al trabajo puede ser un elemento que incrementa la productividad, resulta todo lo contrario. El adicto al trabajo se "quema", pero no lo percibe (negación), cuestión que contribuye sustancialmente a generar entornos laborales tóxicos.
El adicto al trabajo contribuye sustancialmente a generar entornos laborales tóxicos