¿Que es la dependencia emocional?. ¿A que nos referimos con dependencia emocional?

03.02.2021

Artemisia que vivió en el siglo IV a. C., hija del rey Hecatomnos de Caria, se casó con su hermano Mausolo. Cuenta la historia que al morir éste, Artemisia llamó a los más famosos oradores griegos para que pronunciaran alabanzas en su honor, y mandó construir en su capital un monumento funerario que tenía por objetivo lograr que Mausolo fuera recordado como el rey más amado de la Historia. Situado en lo que hoy es Bodrum, Turquía, sería conocido como el Mausoleo de Halicarnaso, y considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Construido en mármol blanco, el opulento edificio tuvo 117 columnas jónicas y su altura era de más de 50 metros.

La persona con dependencia emocional experimenta íntima e intensamente un tipo de carencia afectiva que siente que tiene que rellenar con alguien externo a sí, haciendo todo lo posible por cubrir esa necesidad que termina siendo cronificada por ella misma. Este tipo de dependencia normalmente es explicada dentro del marco de una pareja, aunque no podemos obviar que en ausencia de ésta, la persona puede centrar la cobertura de sus necesidades en otras figuras relacionales, como en alguno de sus progenitores o amistades.

Características de una persona con dependencia emocional:

  • Sentimientos de vacío
  • Baja autoestima
  • Necesidad excesiva de agradar y de aprobación de los demás
  • Idealizar de forma exagerada ciertas personas con una personalidad marcada y dominante
  • Necesidad de conformar una pareja, viviendo por y para el amor
  • Incapacidad para romper ataduras
  • Miedo intenso al abandono

Bajo estas tendencias, y a diferencia de otro tipo de idilios amorosos saludables, las relaciones que establece un persona con dependencia emocional son siempre asimétricas en donde ellos asumen una posición subordinada frente a la pareja, la cual se muestra más bien egoísta, egocéntrica, desconsiderada y posesiva, aceptando esta entrega y sumisión incondicionales del otro con mucho agrado.

Lo que suele olvidársenos es que uno tiene la capacidad de cambiar, de darse cuenta de que está viviendo este tipo de situaciones y emociones, que lejos de beneficiar nos perjudican, y que podemos trabajar activamente para modificar nuestros comportamientos y por ende cambiar nuestras emociones; vivir una relación en la que las dos personas se amen, se respeten, y se acompañen sin que sea necesario la pérdida de la identidad de alguna de las partes. De toda experiencia podemos sacar un aprendizaje; arriesguemos por tanto a desempeñar otros roles desconocidos para nosotros, en los que no importe no agradar tanto, a creernos merecedores de afecto, abandonando la desconfianza en nuestras capacidades, demostrándonos a notros mismos que somos capaces de sobrellevar la soledad, rebuscando en nuestros gustos y aficiones, disfrutando de nuestra propia compañía. Soltar el control, centrándose en otros ámbitos personales que no sea la importancia de estar acompañados quizás nos reste ira, frustración y sensaciones angustiosas de vacío, para abrirnos a nuevas perspectivas y objetivos vitales. Intenta conocer a tu pareja más que estar con ella para que te dé lo que crees que necesitas, acéptala como es o, si no te completa, ten en cuenta que siempre te tendrás a ti mismo. Atrévete a ser libre, porque desde ese momento podrás emprender el re-aprendizaje y la vivencia de nuevas experiencias y emociones, nuevos horizontes. Porque en el fondo, amar es un arte desconocido.

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